La política exterior del próximo gobierno

14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?

Partido Popular

Sin duda el español –nuestra lengua y nuestra cultura– es un potente recurso para potenciar nuestra imagen-país. Somos una gran potencia lingüística. La lengua es clave en la política exterior de España. El español es un activo en expansión y nuestro reto es que alcance toda su potencialidad, como lengua y como cultura.

El español es hablado en más de 20 países en el mundo por más de 500 millones de personas. Su peso e influencia en la cultura de países donde no es la lengua oficial, como EEUU, es incontestable.

Pero los españoles representamos menos del 10% de los hispanohablantes. La mejor política pasa por la alianza con el resto de las naciones hispanohablantes.

El 60% de la programación cultural del Instituto Cervantes se organiza con los países hispanoamericanos y se está llevando a cabo un plan de “iberoamericanización” del Instituto cuyo objetivo es muy claro: lograr que el español sea una de las tres grandes lenguas del siglo XXI junto con el inglés y el chino.

La lengua española es uno de los elementos que más nos proyectan en el mundo como país. El dinamismo de la cultura en español está entre los mayores del mundo y, sobre todo, entre los más apreciados en cualquier otro país. Articular una estrategia con América Latina para la potenciación y expansión del español y de nuestra cultura en el mundo es un objetivo fundamental. El caso de EEUU es especialmente relevante, al ser un idioma en creciente expansión en toda su población, latina y no latina.

Más allá de los aniversarios históricos relacionados con el pasado, que es como hemos enfrentado muchas veces nuestra relación con los 500 millones de hablantes de español, desde Podemos queremos promover la interacción entre aquellos que hasta hoy no se han beneficiado de los circuitos de acción y promoción exterior: la riqueza de la vida de nuestra sociedad civil organizada, el movimiento asociativo y la producción cultural de nuestra ciudadanía, los movimientos de defensa de los derechos humanos –como las iniciativas anti-desahucios y las mareas ciudadanas– son ejemplos de “Marca España” que deben ser promovidos también desde las instituciones. En ese ámbito tenemos un universo de creación por delante, y queremos que sea la sociedad civil organizada, los creadores y los artistas, quienes tengan espacios adecuados para tan importante tarea.

También consideramos que la red de Institutos Cervantes no solamente puede funcionar como centros de referencia de enseñanza del castellano, sino que deben reforzar su vertiente latinoamericana organizando programas conjuntos e impulsando una lengua y unas actividades culturales (pero también intercambios científicos y educativos) que no pueden asociarse únicamente a España, sino a la riqueza extrema de las formas de vida y las culturas que se encuentran en torno a la lengua.

En virtud del peso específico de la comunidad hispana en EEUU (55 millones y un 17% de la población), hemos incluido en nuestro programa el desarrollo del “Plan Unidos”, una iniciativa para establecer mayores vínculos políticos, económicos y sociales con la misma, así como con la población angloparlante estadounidense con interés por España. Hay enormes posibilidades de desarrollo en torno a la lengua.

Con tomarse en serio nuestra acción exterior habría mucho camino recorrido. Tenemos un capital cultural envidiado por muchas naciones. Pero nuestras acciones a veces lo desmerecen. Hace tres años los directores del Cervantes de Curitiba y de Recife (en Brasil ambos) se enteraron por los periódicos del cierre de las dos sedes. Medidas de este tipo ensombrecen la Marca España y el autobombo de la lengua como prioridad. Creo que la acción del Cervantes ha sido positiva y debe funcionar como una plataforma de promoción del idioma, pero además se ha de hacer mucho más en otros temas más específicos, como la investigación cultural, la movilidad, la promoción de la industria cultural, el apoyo a pymes y emprendedores o el uso de la lengua en organismos internacionales. No se ha hecho, por ejemplo, un estudio serio de los medios de comunicación latinos y la forma de adaptar nuestra estrategia a dicho panorama. Ello requiere un plan más ambicioso que ponga en valor ese potencial, con acciones específicas que generen un impacto a largo plazo.

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Más temas

Las preguntas

  1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?
  2. ¿Cree que el peso y la proyección internacional de España son acordes con su dimensión y sus ambiciones? ¿Qué medidas o acciones propondría para mejorar el papel internacional de nuestro país?
  3. La Unión Europea (UE) parece lejos de alcanzar su objetivo de convertirse en un actor global: ¿cómo cree que se podría fortalecer la posición de la UE en el mundo y su influencia en los asuntos internacionales?
  4. Como objetivo a medio y largo plazo, ¿sería partidario de una Europa federal o de avanzar con decisión hacia unos verdaderos “Estados Unidos de Europa”?
  5. Los países europeos han reducido drásticamente sus presupuestos de defensa como consecuencia de la crisis. En un escenario de crecientes focos de tensión e inseguridad, la OTAN acordó a fines de 2014 aumentarlos gradualmente hasta alcanzar el 2% del PIB, con un importante componente de I+D+I. Por otra parte, se avanza gradualmente hacia la Europa de la Defensa. ¿Comparte esos objetivos? ¿Cuáles cree que debieran ser las prioridades?
  6. ¿Es partidario de mantener, reducir o incrementar la participación de España en misiones internacionales?
  7. El Congreso ha autorizado recientemente la utilización, con carácter permanente, de la base de Morón por parte de EEUU para misiones en África, con las limitaciones que establecen los convenios bilaterales. ¿Qué reflexión le sugiere esta decisión?
  8. La UE ha avanzado en los últimos años en la conclusión de acuerdos de libre comercio. Tras Centroamérica y los países de la Comunidad Andina, se han concluido, entre otros, con Corea del Sur y Canadá, estando abiertas negociaciones con Mercosur, la India y EEUU. En este último caso, ¿qué requisitos debiera cumplir el TTIP que se negocia entre la UE y EEUU?
  9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?
  10. España tiene un fuerte déficit energético que reduce su autonomía y lastra nuestra balanza comercial. ¿Qué medidas de medio y largo plazo propondría para reducirlo y revertir la situación actual?
  11. Los recursos destinados por España a Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) se han reducido a menos de la mitad durante la crisis. ¿Qué medidas propondría para recuperar los niveles anteriores y avanzar hacia el objetivo del 0,7% del PIB? ¿Sería partidario de consagrar ese objetivo en una Ley, como lo ha hecho el Reino Unido?
  12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?
  13. Y hablando de estrategias, en la presente legislatura se han aprobado, además de una Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado, sendos documentos estratégicos de Acción Exterior y de Seguridad, sin que se haya alcanzado un grado importante de consenso en las dos primeras. ¿Cree necesarios estos instrumentos? ¿Cuál cree que debe ser su futuro en la próxima legislatura?
  14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?
  15. ¿Cómo valora la actual relación Iberoamericana? ¿Cómo cree que podría renovarse y reforzarse?
  16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?
  17. La “primavera árabe” ha devenido en un escenario de conflictos en unos casos y, en otros, de amenazas a la estabilidad y la seguridad de los países del sur del Mediterráneo. ¿Cuáles debieran ser los objetivos de España ante ese escenario?
  18. Marruecos, por vecindad y por razones de toda índole –migratorias, económicas y de seguridad– es un país muy importante para España. ¿Qué medidas propondría para fortalecer esa relación?
  19. A veces se señala que los instrumentos de acción exterior española (diplomacia, comercio, cultura, seguridad, cooperación, etc.) están descoordinados por mala cooperación entre el sector público y privado, por conflictos ocasionales con las comunidades autónomas o por fragmentación departamental. ¿Qué cambios cree necesarios para vertebrar mejor esos instrumentos? ¿Qué papel cree que debe asumir la Presidencia del Gobierno en ese sentido?
  20. ¿Considera que en España cabe hablar de consenso en los grandes ejes de nuestra política exterior? ¿Cree que, como suele decirse, por su naturaleza, la política exterior requiere de ese consenso?
  21. En caso afirmativo, ¿cómo podría articularse un entendimiento amplio que diese estabilidad a la política exterior de España?