La política exterior del próximo gobierno

1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?

En Ciudadanos pensamos que la política exterior es una Política de Estado. Por tanto, las prioridades han de fijarse a partir del mayor consenso político posible. España debe recuperar algo que ha perdido en los últimos años: su papel como actor relevante en la construcción europea, la gobernanza global y la difusión de nuestros valores a través de nuestros lazos culturales. Proponemos tres ejes que serán decisivos en la próxima legislatura: el institucional, el europeo y el ciudadano.

El primer eje hace referencia a la necesidad de introducir la meritocracia y la excelencia en la articulación de nuestra política exterior para ser mejores en la planificación, diseño, evaluación y rendición de cuentas. Se trata de despolitizar lo público y reforzar lo verdaderamente político, en especial Parlamento, Presidencia y Comunidades Autónomas, dotándolas de los recursos necesarios en la adaptación de nuestra acción exterior al entorno. La acción diplomática debe seguir el modelo de la REPER bruselense. Es esencial al mismo tiempo integrar de una manera más eficiente a actores relevantes externos (think tanks, academia, ONG,...) bajo principios de participación transparente y competitiva.

El segundo eje se refiere al papel activo que debe jugar España en la integración política de la UE, algo que pasa por una mejor coordinación a nivel ministerial y un mayor liderazgo político. La Secretaría de Estado de la UE debe depender del presidente del gobierno y no del ministro de Exteriores. Por otro lado, no existen unidades de planificación e inteligencia suficientes, ni una estrategia de internacionalización del conocimiento centralizada.

El tercer y último eje es el ciudadano, donde adquiere un papel central la transparencia y la rendición de cuentas. Además, no podemos permitirnos que el talento español en el exterior se desconecte de nuestro proyecto-país. Los campos culturales, científico, tecnológico y ciertos sectores profesionales deberían tener incentivos para colaborar con el Estado para que cada proyecto personal se integrara en nuestra estrategia.

En primer lugar, queremos reenfocar las prioridades de nuestra política exterior. Frente a la preponderancia actual de la defensa de los intereses económicos, de seguridad y geopolíticos, abogamos por una agenda diferente, integrada y multidimensional, que ponga el foco en lo que hemos llamado las “3 des” de la política internacional de Podemos: derechos humanos y equidad de género, democracia y desarrollo sostenible y equitativo. Esas “3 des” informarán el conjunto de la acción exterior de nuestro gobierno. Lejos de ser una declaración abstracta, queremos que estos tres principios tengan fuerza de concreción, sean prácticos y vinculantes, y así hemos estructurado y articulado nuestro programa de política exterior y cooperación.

En segundo lugar, aspiramos a cambiar la forma en que se elabora y ejecuta nuestra política exterior. Queremos una política exterior más transparente, democrática e inclusiva que se construya con la participación de todos los actores implicados (gobierno, parlamento, gobiernos autonómicos y locales, sociedad civil, etc.) a partir de consensos básicos que permanezcan en el tiempo más allá de vaivenes políticos.

Finalmente, tenemos el propósito de aumentar el peso decisorio de la ciudadanía en la política exterior. Hasta ahora, la política exterior ha sido un “coto vedado” a los ciudadanos que permanecen completamente ajenos a decisiones de extrema importancia que el gobierno toma en la esfera internacional. Por ello, queremos tanto aumentar el nivel de información y debate en la opinión pública sobre la política internacional como hacer más partícipes a los ciudadanos en nuestra política exterior, a través de la creación de mecanismos de democracia participativa y de rendición de cuentas ante la ciudadanía de las grandes decisiones de nuestra acción exterior.

Nuestro programa electoral recoge las herramientas que posibilitan estas tres consideraciones.

Partido Popular

Me gustaría hacer una doble reflexión previa. La integración de España en la UE, la globalización y la revolución tecnológica, especialmente de las comunicaciones, difuminan en ocasiones las fronteras entre la política exterior tradicional y la política interior. Creo firmemente que la base de una activa política exterior es que España siga fortaleciéndose internamente: que España sea más fuerte. La estabilidad política y la económica son claves. La pérdida de peso relativo internacional de España a la que tuve que hacer frente al llegar al gobierno era en gran medida un reflejo de las debilidades internas. La credibilidad de España en el exterior empieza por tener nuestra propia casa bien ordenada y en buen funcionamiento.

Sobre las tres prioridades por las que me preguntan:

  1. Mejorar la estabilidad de nuestro entorno inmediato: la UE y el Mediterráneo. Debemos seguir profundizando el proceso de integración en Europa. En esta legislatura hemos fortalecido la Unión avanzando en la unión bancaria. En el futuro debemos avanzar en la unión fiscal y en la unión política. En el Mediterráneo debemos apoyar a nuestros vecinos para mejorar su seguridad, su institucionalidad y su desarrollo económico y social.
  2. Las relaciones transatlánticas en un sentido amplio: el triángulo entre América del Norte, América Latina y Europa. Estas tres regiones compartimos valores y principios básicos: la libertad, el respeto de derechos humanos, la democracia, el imperio de la ley, el libre comercio... España nació europea y americana. Hoy debe seguir siéndolo, dirigiendo gran parte de sus esfuerzos a fortalecer este triángulo.
  3. Avanzar en una serie de desafíos horizontales que se plasman en los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en la Agenda 2030, entre otros: la lucha contra la pobreza y el hambre, garantizar una educación inclusiva, lograr la igualdad entre géneros, garantizar disponibilidad del agua y la lucha contra el cambio climático.

Tengo la ambición de que España vuelva a ser activa, relevante e influyente en la UE y en el mundo, con una política exterior al servicio de los ciudadanos, que defienda sus intereses y proyecte sus valores. Nuestra acción exterior, junto con el resto de nuestros socios y amigos, debe aportar ideas e iniciativas a la solución de los desafíos globales. Por ello, actuaremos prioritariamente en tres dimensiones:

  1. En la UE, porque la política exterior de nuestro país alcanza su máxima proyección cuando trabajamos juntos y en coordinación con el resto de Estados miembros.
  2. En aquellas regiones estratégicas donde podemos fomentar el progreso y la seguridad compartida, como América Latina, el Magreb, el Sahel y Oriente Medio.
  3. En las instituciones multilaterales, para construir un mundo más justo, equilibrado y sostenible.

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Las preguntas

  1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?
  2. ¿Cree que el peso y la proyección internacional de España son acordes con su dimensión y sus ambiciones? ¿Qué medidas o acciones propondría para mejorar el papel internacional de nuestro país?
  3. La Unión Europea (UE) parece lejos de alcanzar su objetivo de convertirse en un actor global: ¿cómo cree que se podría fortalecer la posición de la UE en el mundo y su influencia en los asuntos internacionales?
  4. Como objetivo a medio y largo plazo, ¿sería partidario de una Europa federal o de avanzar con decisión hacia unos verdaderos “Estados Unidos de Europa”?
  5. Los países europeos han reducido drásticamente sus presupuestos de defensa como consecuencia de la crisis. En un escenario de crecientes focos de tensión e inseguridad, la OTAN acordó a fines de 2014 aumentarlos gradualmente hasta alcanzar el 2% del PIB, con un importante componente de I+D+I. Por otra parte, se avanza gradualmente hacia la Europa de la Defensa. ¿Comparte esos objetivos? ¿Cuáles cree que debieran ser las prioridades?
  6. ¿Es partidario de mantener, reducir o incrementar la participación de España en misiones internacionales?
  7. El Congreso ha autorizado recientemente la utilización, con carácter permanente, de la base de Morón por parte de EEUU para misiones en África, con las limitaciones que establecen los convenios bilaterales. ¿Qué reflexión le sugiere esta decisión?
  8. La UE ha avanzado en los últimos años en la conclusión de acuerdos de libre comercio. Tras Centroamérica y los países de la Comunidad Andina, se han concluido, entre otros, con Corea del Sur y Canadá, estando abiertas negociaciones con Mercosur, la India y EEUU. En este último caso, ¿qué requisitos debiera cumplir el TTIP que se negocia entre la UE y EEUU?
  9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?
  10. España tiene un fuerte déficit energético que reduce su autonomía y lastra nuestra balanza comercial. ¿Qué medidas de medio y largo plazo propondría para reducirlo y revertir la situación actual?
  11. Los recursos destinados por España a Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) se han reducido a menos de la mitad durante la crisis. ¿Qué medidas propondría para recuperar los niveles anteriores y avanzar hacia el objetivo del 0,7% del PIB? ¿Sería partidario de consagrar ese objetivo en una Ley, como lo ha hecho el Reino Unido?
  12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?
  13. Y hablando de estrategias, en la presente legislatura se han aprobado, además de una Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado, sendos documentos estratégicos de Acción Exterior y de Seguridad, sin que se haya alcanzado un grado importante de consenso en las dos primeras. ¿Cree necesarios estos instrumentos? ¿Cuál cree que debe ser su futuro en la próxima legislatura?
  14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?
  15. ¿Cómo valora la actual relación Iberoamericana? ¿Cómo cree que podría renovarse y reforzarse?
  16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?
  17. La “primavera árabe” ha devenido en un escenario de conflictos en unos casos y, en otros, de amenazas a la estabilidad y la seguridad de los países del sur del Mediterráneo. ¿Cuáles debieran ser los objetivos de España ante ese escenario?
  18. Marruecos, por vecindad y por razones de toda índole –migratorias, económicas y de seguridad– es un país muy importante para España. ¿Qué medidas propondría para fortalecer esa relación?
  19. A veces se señala que los instrumentos de acción exterior española (diplomacia, comercio, cultura, seguridad, cooperación, etc.) están descoordinados por mala cooperación entre el sector público y privado, por conflictos ocasionales con las comunidades autónomas o por fragmentación departamental. ¿Qué cambios cree necesarios para vertebrar mejor esos instrumentos? ¿Qué papel cree que debe asumir la Presidencia del Gobierno en ese sentido?
  20. ¿Considera que en España cabe hablar de consenso en los grandes ejes de nuestra política exterior? ¿Cree que, como suele decirse, por su naturaleza, la política exterior requiere de ese consenso?
  21. En caso afirmativo, ¿cómo podría articularse un entendimiento amplio que diese estabilidad a la política exterior de España?