La política exterior del próximo gobierno

12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?

Partido Popular

Marca España es una iniciativa estratégica que ha tenido éxito como lo demuestran los buenos resultados obtenidos en sus dos objetivos prioritarios: la mejora de la imagen-país de España y la recuperación de la autoestima entre los españoles. Ambos indicadores han mejorado claramente en el último año. La mejor manera de contribuir a mejorar la percepción de España es ser un país serio y confiable, es decir, tener credibilidad. Esto es lo que este gobierno ha demostrado y seguirá haciéndolo.

Como gobierno reformista estamos dispuestos a tomar medidas para mejorar los resultados de cualquier iniciativa. Marca España –que, reitero, ha tenido éxito– debe ser dinámica y actualizarse permanentemente. Debe profundizar su labor de análisis y seguimiento de la imagen-país interior y exterior, reforzar su función de coordinación de las iniciativas públicas y privadas en esta materia y perfeccionar su estrategia de comunicación. Todo ello para cumplir su objetivo: mejorar la percepción de España.

Al gobierno del Partido Popular (PP) le ha preocupado más España como Marca que España como país. Se ha dado prioridad a lo superficial, a la obsesión por la imagen, por el envoltorio, por la “Marca España”. Y aunque podamos coincidir en que es necesaria la promoción y defensa de la actividad empresarial en el exterior, la economía no debe dictar de manera obsesiva y exclusiva la política exterior. Los intereses privados nunca deben ser confundidos con el interés general. Como he señalado antes, quiero que España vuelva a ser un referente en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la pobreza, y ser conocidos y reconocidos por nuestro modelo de sociedad y de bienestar. La “Marca España” puede tener su encaje en la promoción y defensa empresarial pero no puede ser el núcleo central de nuestra acción exterior. España merece metas más elevadas. Nuestros socios en el mundo esperan una participación más activa de España en la gobernanza mundial. Además, “Marca España” no puede ser un instrumento de mero prestigio internacional, debe tener un verdadero contenido que nos añada valor en nuestra proyección exterior.

La actual estructura de la “Marca España” no representa ni la diversidad del Estado español, ni los intereses de la ciudadanía o de la mayoría de nuestras empresas e instituciones. Es un proyecto hecho desde arriba que fundamentalmente beneficia a unas pocas empresas sin tener en cuenta la realidad, los intereses o los deseos de la inmensa mayoría de la población. El proyecto debe revisarse en su totalidad, incluido el nombre, para construir una estrategia-país diferente en la que todos, y no sólo unos pocos, se sientan representados y defendidos. Debemos reflejar y aprovechar nuestra diversidad, que es fuente de nuestra riqueza y de nuestra fuerza. El 15M ha sido la mejor marca España de nuestro país, y esa es la línea que seguiremos.

Creo que toda estrategia que trate de posicionar con herramientas de marketing la imagen de un país puede ser positiva siempre que se haga de una manera rigurosa e inclusiva. Si es parcial o superficial puede resultar contraproducente por simplista o frívola. Además, es muy importante que dicha estrategia no se trate de un “pegote” en la acción exterior del país ni un ejercicio de propaganda de los éxitos del gobierno en cuestión, sino que se integre de una manera coherente en el resto de acciones y tenga un carácter transversal. Tiene que ser una estrategia pública, no gubernamental. Se ha de medir el impacto de las actuaciones y modificar el diseño de la estrategia para aumentar su efectividad. Una marca-país puede ser poco verosímil si el modelo de país que exporta nuestra política es el de la corrupción, la mala gestión o el desinterés por el plano internacional. Desde C’s defendemos que la iniciativa debe ser evaluada y auditada para que se pueda convertir en un componente efectivo de nuestra estrategia exterior.

Comparte en Twitter tu propuesta favorita:

Más temas

Las preguntas

  1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?
  2. ¿Cree que el peso y la proyección internacional de España son acordes con su dimensión y sus ambiciones? ¿Qué medidas o acciones propondría para mejorar el papel internacional de nuestro país?
  3. La Unión Europea (UE) parece lejos de alcanzar su objetivo de convertirse en un actor global: ¿cómo cree que se podría fortalecer la posición de la UE en el mundo y su influencia en los asuntos internacionales?
  4. Como objetivo a medio y largo plazo, ¿sería partidario de una Europa federal o de avanzar con decisión hacia unos verdaderos “Estados Unidos de Europa”?
  5. Los países europeos han reducido drásticamente sus presupuestos de defensa como consecuencia de la crisis. En un escenario de crecientes focos de tensión e inseguridad, la OTAN acordó a fines de 2014 aumentarlos gradualmente hasta alcanzar el 2% del PIB, con un importante componente de I+D+I. Por otra parte, se avanza gradualmente hacia la Europa de la Defensa. ¿Comparte esos objetivos? ¿Cuáles cree que debieran ser las prioridades?
  6. ¿Es partidario de mantener, reducir o incrementar la participación de España en misiones internacionales?
  7. El Congreso ha autorizado recientemente la utilización, con carácter permanente, de la base de Morón por parte de EEUU para misiones en África, con las limitaciones que establecen los convenios bilaterales. ¿Qué reflexión le sugiere esta decisión?
  8. La UE ha avanzado en los últimos años en la conclusión de acuerdos de libre comercio. Tras Centroamérica y los países de la Comunidad Andina, se han concluido, entre otros, con Corea del Sur y Canadá, estando abiertas negociaciones con Mercosur, la India y EEUU. En este último caso, ¿qué requisitos debiera cumplir el TTIP que se negocia entre la UE y EEUU?
  9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?
  10. España tiene un fuerte déficit energético que reduce su autonomía y lastra nuestra balanza comercial. ¿Qué medidas de medio y largo plazo propondría para reducirlo y revertir la situación actual?
  11. Los recursos destinados por España a Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) se han reducido a menos de la mitad durante la crisis. ¿Qué medidas propondría para recuperar los niveles anteriores y avanzar hacia el objetivo del 0,7% del PIB? ¿Sería partidario de consagrar ese objetivo en una Ley, como lo ha hecho el Reino Unido?
  12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?
  13. Y hablando de estrategias, en la presente legislatura se han aprobado, además de una Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado, sendos documentos estratégicos de Acción Exterior y de Seguridad, sin que se haya alcanzado un grado importante de consenso en las dos primeras. ¿Cree necesarios estos instrumentos? ¿Cuál cree que debe ser su futuro en la próxima legislatura?
  14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?
  15. ¿Cómo valora la actual relación Iberoamericana? ¿Cómo cree que podría renovarse y reforzarse?
  16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?
  17. La “primavera árabe” ha devenido en un escenario de conflictos en unos casos y, en otros, de amenazas a la estabilidad y la seguridad de los países del sur del Mediterráneo. ¿Cuáles debieran ser los objetivos de España ante ese escenario?
  18. Marruecos, por vecindad y por razones de toda índole –migratorias, económicas y de seguridad– es un país muy importante para España. ¿Qué medidas propondría para fortalecer esa relación?
  19. A veces se señala que los instrumentos de acción exterior española (diplomacia, comercio, cultura, seguridad, cooperación, etc.) están descoordinados por mala cooperación entre el sector público y privado, por conflictos ocasionales con las comunidades autónomas o por fragmentación departamental. ¿Qué cambios cree necesarios para vertebrar mejor esos instrumentos? ¿Qué papel cree que debe asumir la Presidencia del Gobierno en ese sentido?
  20. ¿Considera que en España cabe hablar de consenso en los grandes ejes de nuestra política exterior? ¿Cree que, como suele decirse, por su naturaleza, la política exterior requiere de ese consenso?
  21. En caso afirmativo, ¿cómo podría articularse un entendimiento amplio que diese estabilidad a la política exterior de España?