La política exterior del próximo gobierno

16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?

Partido Popular

España es un país de principios y plenamente respetuoso del Derecho Internacional. Defendemos la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania y, por ello, hemos condenado la anexión ilegal de Crimea y denunciado la desestabilización en Ucrania oriental. Es clave que la UE mantenga su unidad, que es un valor en sí mismo. A finales de octubre la situación es mucho mejor que hace unos meses, aunque hay que seguir esforzándose por avanzar en la solución política.

En todo caso, Rusia es un gran país, un vecino muy importante de la UE y un actor global de primer orden con el que hay que contar para afrontar numerosos retos. Es preciso recuperar la visión estratégica, a largo plazo, en nuestras relaciones. Para ello debemos, entre otras cosas: (a) mantener la interlocución al más alto nivel con las autoridades rusas; (b) sin renunciar a nuestros principios, ser sensibles a sus planteamientos; y (c) crear una agenda positiva que incluya aspectos comerciales y el reforzamiento de los contactos entre ciudadanos y con la sociedad civil.

Desde que surgió el conflicto, hemos abogado por mantener los cauces de interlocución abiertos con Rusia. Porque la solución ha de ser política y llegar a partir del diálogo. Sin embargo, se debe respetar el Derecho Internacional y la integridad territorial de Ucrania. Necesitamos sustituir la lógica de la confrontación por la de la cooperación. Rusia es un interlocutor necesario en la resolución de numerosos asuntos clave internacionales, como Siria, Irán, el proceso de paz en Oriente Próximo y la lucha contra el terrorismo, y también sobre cuestiones sectoriales como la energía. Estamos obligados a entendernos.

La UE y Rusia atraviesan una crisis sin precedentes desde el final de la Guerra Fría. Las causas de este enfrentamiento no son accidentales sino estructurales, así como producto del enfoque competitivo y no cooperativo de acción exterior de la UE y Rusia. La cooperación entre Rusia, la UE y EEUU en otros frentes abiertos –como la lucha contra el terrorismo y la piratería, la situación en Afganistán y la participación en el acuerdo con Irán– hacen pensar que estamos lejos de una nueva Guerra Fría, pero el impacto de la situación en Ucrania tiene consecuencias en Siria, Yemen, Sudán y otros muchos países donde Rusia, la UE y EEUU tienen divergencias fundamentales que sólo se han visto agravadas desde que estalló la crisis.

Lo que Podemos propone para revertir esta lógica es, por un lado, desactivar la escalada de tensión en Ucrania sobre la base del alto el fuego de Minsk-II, aceptado por las partes en febrero de 2015. Creemos que para que esta solución sea sostenible en el tiempo debemos reintegrar a Rusia en los foros de los que ha sido expulsada desde 2013 (G-8 y el Consejo OTAN-Rusia) y poner fin al régimen de sanciones económicas. A cambio, Moscú debe comprometerse a respetar el alto el fuego en el este de Ucrania, detener sus provocaciones en Europa del Este y anular las restricciones comerciales para la UE que ha adoptado en paralelo. Se debería crear un foro permanente de diálogo integrado, en igualdad de condiciones, por los Estados miembros de la UE, Rusia y los demás países de la región, como Ucrania.

Un objetivo de seguridad, estabilidad y prosperidad con Rusia exige tener en cuenta que el régimen político ruso es muy diferente al europeo y su forma de ver las relaciones internacionales también. De ahí que una vez perdidos los incentivos de cooperar entre iguales, la UE deba jugar otras bazas. La UE tiene poca capacidad para influir en el régimen ruso en asuntos domésticos, pero puede condicionar la acción exterior de Rusia a través de su interdependencia económica y securitaria. Europa también puede convertirse en un aliado preferente de Rusia en cuestiones de modernización de sus infraestructuras, mejora de la competitividad y desarrollo tecnológico. En el corto plazo, Rusia debe entender que la postura europea en torno a Ucrania y la anexión de Crimea no variará, pero si se cumplen los compromisos de Minsk hay oportunidades para relanzar la relación. El grupo Alliance of Liberals and Democrats for Europe (ALDE) presentó en el Parlamento Europeo una ambiciosa propuesta de una conferencia de seguridad que abordara una nueva arquitectura europea como la realizada durante la Guerra Fría, una especie de Helskinki II que pusiera las bases de una colaboración más estrecha y fijara los límites institucionales. No es bueno para Europa que Rusia actúa por libre en Siria. Creo que debemos avanzar hacia escenarios de cooperación conjunta con Rusia a largo plazo siempre que haya un cambio significativo de la situación actual en su área de influencia. Otro paso en esa dirección sería abrir un diálogo a nivel comercial que eliminara desconfianzas políticas entre la UE y la Unión Euroasiática.

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Más temas

Las preguntas

  1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?
  2. ¿Cree que el peso y la proyección internacional de España son acordes con su dimensión y sus ambiciones? ¿Qué medidas o acciones propondría para mejorar el papel internacional de nuestro país?
  3. La Unión Europea (UE) parece lejos de alcanzar su objetivo de convertirse en un actor global: ¿cómo cree que se podría fortalecer la posición de la UE en el mundo y su influencia en los asuntos internacionales?
  4. Como objetivo a medio y largo plazo, ¿sería partidario de una Europa federal o de avanzar con decisión hacia unos verdaderos “Estados Unidos de Europa”?
  5. Los países europeos han reducido drásticamente sus presupuestos de defensa como consecuencia de la crisis. En un escenario de crecientes focos de tensión e inseguridad, la OTAN acordó a fines de 2014 aumentarlos gradualmente hasta alcanzar el 2% del PIB, con un importante componente de I+D+I. Por otra parte, se avanza gradualmente hacia la Europa de la Defensa. ¿Comparte esos objetivos? ¿Cuáles cree que debieran ser las prioridades?
  6. ¿Es partidario de mantener, reducir o incrementar la participación de España en misiones internacionales?
  7. El Congreso ha autorizado recientemente la utilización, con carácter permanente, de la base de Morón por parte de EEUU para misiones en África, con las limitaciones que establecen los convenios bilaterales. ¿Qué reflexión le sugiere esta decisión?
  8. La UE ha avanzado en los últimos años en la conclusión de acuerdos de libre comercio. Tras Centroamérica y los países de la Comunidad Andina, se han concluido, entre otros, con Corea del Sur y Canadá, estando abiertas negociaciones con Mercosur, la India y EEUU. En este último caso, ¿qué requisitos debiera cumplir el TTIP que se negocia entre la UE y EEUU?
  9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?
  10. España tiene un fuerte déficit energético que reduce su autonomía y lastra nuestra balanza comercial. ¿Qué medidas de medio y largo plazo propondría para reducirlo y revertir la situación actual?
  11. Los recursos destinados por España a Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) se han reducido a menos de la mitad durante la crisis. ¿Qué medidas propondría para recuperar los niveles anteriores y avanzar hacia el objetivo del 0,7% del PIB? ¿Sería partidario de consagrar ese objetivo en una Ley, como lo ha hecho el Reino Unido?
  12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?
  13. Y hablando de estrategias, en la presente legislatura se han aprobado, además de una Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado, sendos documentos estratégicos de Acción Exterior y de Seguridad, sin que se haya alcanzado un grado importante de consenso en las dos primeras. ¿Cree necesarios estos instrumentos? ¿Cuál cree que debe ser su futuro en la próxima legislatura?
  14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?
  15. ¿Cómo valora la actual relación Iberoamericana? ¿Cómo cree que podría renovarse y reforzarse?
  16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?
  17. La “primavera árabe” ha devenido en un escenario de conflictos en unos casos y, en otros, de amenazas a la estabilidad y la seguridad de los países del sur del Mediterráneo. ¿Cuáles debieran ser los objetivos de España ante ese escenario?
  18. Marruecos, por vecindad y por razones de toda índole –migratorias, económicas y de seguridad– es un país muy importante para España. ¿Qué medidas propondría para fortalecer esa relación?
  19. A veces se señala que los instrumentos de acción exterior española (diplomacia, comercio, cultura, seguridad, cooperación, etc.) están descoordinados por mala cooperación entre el sector público y privado, por conflictos ocasionales con las comunidades autónomas o por fragmentación departamental. ¿Qué cambios cree necesarios para vertebrar mejor esos instrumentos? ¿Qué papel cree que debe asumir la Presidencia del Gobierno en ese sentido?
  20. ¿Considera que en España cabe hablar de consenso en los grandes ejes de nuestra política exterior? ¿Cree que, como suele decirse, por su naturaleza, la política exterior requiere de ese consenso?
  21. En caso afirmativo, ¿cómo podría articularse un entendimiento amplio que diese estabilidad a la política exterior de España?