La política exterior del próximo gobierno

9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?

Partido Popular

España, en el seno de la UE, promueve una relación económica con China basada en el establecimiento de un level playing field que permita competir a las empresas de ambos lados en condiciones justas y proteja adecuadamente la propiedad intelectual y los derechos de los inversores. La competencia que sufren algunas empresas europeas tradicionalmente, tiene que ver con condiciones de producción diferentes en China y en Europa y la práctica inexistencia de restricciones por parte europea para la deslocalización industrial que permite a algunas de nuestras empresas aprovechar sus ventajas relativas.

España mantiene desde su ingreso en la EU una actitud muy favorable al desarrollo del libre mercado, por lo que no aboga en sus relaciones con China por el proteccionismo. Posiblemente, España debe de concentrar sus esfuerzos en la identificación y levantamiento de las restricciones que limitan la entrada de nuestros productos e instar a los responsables de la UE a seguir actuando contra prácticas comerciales de empresas chinas que falseen la competencia en el Mercado Interior y perjudiquen a nuestras compañías.

China es la segunda economía y el mayor exportador del mundo. Los intercambios comerciales entre la UE y China superan a día de hoy los 1.000 millones de euros al día. Es el segundo socio de la UE en volumen comercial, por detrás de EEUU, y nuestra mayor fuente de importaciones, por un amplio margen. Sin duda, la relación con China es uno de los más importantes desafíos de la política comercial europea. China ha experimentado un elevado y sostenido crecimiento de su economía basado en sus exportaciones desde que entró en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y decidió someterse a la normativa internacional para garantizar un terreno de juego equitativo en el comercio. Sin embargo, es cierto que productores chinos de diferentes sectores han sido acusados de no respetar las prácticas competitivas del comercio internacional al practicar el dumping y beneficiarse de subsidios y créditos a la exportación, no permitidos por las reglas de la OMC. En tales casos, la OMC establece que si efectivamente se demuestra tal situación los países afectados puedan aplicar instrumentos de defensa comercial perfectamente regulados, limitados en su alcance y bien definidos, que son esenciales para evitar desequilibrios y cuya eficacia está más que demostrada. No se trata, en absoluto, de medidas proteccionistas, sino defensivas. En este sentido, la UE ha iniciado investigaciones anti-dumping y anti-subvención a China en varios sectores, como el de los paneles solares y células fotovoltaicas, el sector tecnológico, el siderúrgico, las bicicletas y el papel, entre otros. Considero fundamental que los gobiernos y la industria de la UE trabajen juntos para identificar este tipo de prácticas ilegales y poder defender un crecimiento justo, basado en la competitividad, la justicia social y en igualdad de condiciones con nuestros competidores. Con todo, China es una economía cada vez más moderna y el gobierno chino está realizando importantísimas transformaciones para tratar de adaptarse a las reglas del comercio mundial y mejorar las condiciones sociales y laborales de sus trabajadores. Creo que es fundamental que tanto desde el gobierno de España como desde la Comisión Europea se estudie el impacto que tendrá a medio plazo la creciente influencia comercial de China en la industria y el empleo y, en base al mismo, diseñar una estrategia de reindustrialización adecuada que necesariamente debe incluir una mayor inversión tecnológica y en I+D+i.

Para mitigar los riesgos de la desconfianza la clave es, en nuestra opinión, la cooperación y el diálogo. Por poner un ejemplo reciente, España es miembro fundador del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. La interdependencia de China en la economía global hace que tenga como actor deba asumir también su responsabilidad. No somos partidarios, salvo en casos excepcionales, de medidas de protección y en todo caso deben estar amparadas por un consenso con nuestros socios europeos.

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Las preguntas

  1. ¿Cuáles serían, a su juicio, las tres grandes prioridades de la política exterior de España en los próximos cuatro años?
  2. ¿Cree que el peso y la proyección internacional de España son acordes con su dimensión y sus ambiciones? ¿Qué medidas o acciones propondría para mejorar el papel internacional de nuestro país?
  3. La Unión Europea (UE) parece lejos de alcanzar su objetivo de convertirse en un actor global: ¿cómo cree que se podría fortalecer la posición de la UE en el mundo y su influencia en los asuntos internacionales?
  4. Como objetivo a medio y largo plazo, ¿sería partidario de una Europa federal o de avanzar con decisión hacia unos verdaderos “Estados Unidos de Europa”?
  5. Los países europeos han reducido drásticamente sus presupuestos de defensa como consecuencia de la crisis. En un escenario de crecientes focos de tensión e inseguridad, la OTAN acordó a fines de 2014 aumentarlos gradualmente hasta alcanzar el 2% del PIB, con un importante componente de I+D+I. Por otra parte, se avanza gradualmente hacia la Europa de la Defensa. ¿Comparte esos objetivos? ¿Cuáles cree que debieran ser las prioridades?
  6. ¿Es partidario de mantener, reducir o incrementar la participación de España en misiones internacionales?
  7. El Congreso ha autorizado recientemente la utilización, con carácter permanente, de la base de Morón por parte de EEUU para misiones en África, con las limitaciones que establecen los convenios bilaterales. ¿Qué reflexión le sugiere esta decisión?
  8. La UE ha avanzado en los últimos años en la conclusión de acuerdos de libre comercio. Tras Centroamérica y los países de la Comunidad Andina, se han concluido, entre otros, con Corea del Sur y Canadá, estando abiertas negociaciones con Mercosur, la India y EEUU. En este último caso, ¿qué requisitos debiera cumplir el TTIP que se negocia entre la UE y EEUU?
  9. China es vista por las empresas europeas como un inmenso mercado, pero también como un competidor agresivo que juega con ventaja: ¿cómo cree que debe actuarse frente a esa competencia? ¿es partidario de medidas proteccionistas?
  10. España tiene un fuerte déficit energético que reduce su autonomía y lastra nuestra balanza comercial. ¿Qué medidas de medio y largo plazo propondría para reducirlo y revertir la situación actual?
  11. Los recursos destinados por España a Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) se han reducido a menos de la mitad durante la crisis. ¿Qué medidas propondría para recuperar los niveles anteriores y avanzar hacia el objetivo del 0,7% del PIB? ¿Sería partidario de consagrar ese objetivo en una Ley, como lo ha hecho el Reino Unido?
  12. Buena parte de los países de nuestro entorno cuentan con “estrategias de marca-país”. ¿Considera adecuada la iniciativa de Marca España? ¿Cree que debe ser modificada?; en caso afirmativo, ¿en qué dirección?
  13. Y hablando de estrategias, en la presente legislatura se han aprobado, además de una Ley de Acción y del Servicio Exterior del Estado, sendos documentos estratégicos de Acción Exterior y de Seguridad, sin que se haya alcanzado un grado importante de consenso en las dos primeras. ¿Cree necesarios estos instrumentos? ¿Cuál cree que debe ser su futuro en la próxima legislatura?
  14. Con 500 millones de hablantes, el español es la segunda lengua del mundo –y la tercera en Internet–. ¿Cómo cree que España debiera aprovechar ese peso de la lengua y la cultura “en español”?
  15. ¿Cómo valora la actual relación Iberoamericana? ¿Cómo cree que podría renovarse y reforzarse?
  16. El conflicto surgido tras la intervención de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea ha quebrado el objetivo de contar con Rusia como socio en la seguridad, estabilidad y prosperidad de Europa. ¿Cómo cree que se podría reconstruir la confianza y recuperar ese objetivo?
  17. La “primavera árabe” ha devenido en un escenario de conflictos en unos casos y, en otros, de amenazas a la estabilidad y la seguridad de los países del sur del Mediterráneo. ¿Cuáles debieran ser los objetivos de España ante ese escenario?
  18. Marruecos, por vecindad y por razones de toda índole –migratorias, económicas y de seguridad– es un país muy importante para España. ¿Qué medidas propondría para fortalecer esa relación?
  19. A veces se señala que los instrumentos de acción exterior española (diplomacia, comercio, cultura, seguridad, cooperación, etc.) están descoordinados por mala cooperación entre el sector público y privado, por conflictos ocasionales con las comunidades autónomas o por fragmentación departamental. ¿Qué cambios cree necesarios para vertebrar mejor esos instrumentos? ¿Qué papel cree que debe asumir la Presidencia del Gobierno en ese sentido?
  20. ¿Considera que en España cabe hablar de consenso en los grandes ejes de nuestra política exterior? ¿Cree que, como suele decirse, por su naturaleza, la política exterior requiere de ese consenso?
  21. En caso afirmativo, ¿cómo podría articularse un entendimiento amplio que diese estabilidad a la política exterior de España?